El cartero siempre hace doble click



Es imposible negar las ventajas que tiene Internet para cualquier persona del mundo. Pero hay cientos de millones de personas en el planeta que aún no han visto una página web.

La empresa United Villages ha implantado un sistema en la India gracias al cual es posible enviar y recibir correos electrónicos, mensajes de voz, fotos, hacer compras 'online', consultar servicios matrimoniales (algo muy importante en la India), y prácticamente todo lo que ofrece Internet.

En zonas tan remotas como estas, donde un teléfono o la electricidad son la diferencia entre vivir en el siglo XIX o el XXI, la iniciativa DakNet -que vive de sus beneficios, nada de ONG ni fundaciones- ha cambiado miles de vidas.

La idea consiste en instalar puntos de acceso WiFi móviles en autobuses de pasajeros que hacen su ruta por la India profunda.

En cada aldea hay un quiosco de United Villages con los e-mails, etc. de los vecinos guardados en su disco duro.

Al pasar por allí el autobús, se establece la conexión y el intercambio de ficheros, de manera que basta con unos minutos (lo que dura la parada del autobús) para que se produzca el "milagro".

El precio: una rupia por e-mail (1,5 céntimos de euro) y tres si lleva un documento adjunto.
'Primera milla'

El proyecto ha sido bautizado como 'Primera milla', para contrarrestar el concepto de 'última milla de conectividad' manejado por las grandes empresas de comunicaciones, que se refieren así a los lugares sin acceso a telecomunicaciones.

Para United Villages, su trabajo comienza allí donde no pueden llegar las conexiones tradicionales.

Gracias a este invento, hay familias que han logrado contactar con sus parientes, que viven en Pakistán desde que la India se dividió en 1947; agricultores que participan en foros donde aprenden a sacar mejor partido a sus tierras, consultan el parte meteorológico o compran fertilizantes a mejor precio; jóvenes que buscan trabajo en Dubai o en Australia; incluso los hay que consultan servicios matrimoniales 'online'.

El fundador de la empresa, Amir Alexander Hasson, concibió este proyecto como un trabajo de fin de curso en la Universidad de Massachussetts, y dirige su negocio desde dos oficinas, una en Estados Unidos y la otra en Nueva Delhi.

Porque "United Villages es una empresa que vive de sus beneficios, no es ninguna ONG ni una fundación; aunque su objetivo sea mejorar la vida de los menos favorecidos", asegura. El modelo se ha extendido por países como Camboya, Ruanda o Paraguay.

"No es igual que navegar la Red en tiempo real, pero cuando de repente descubren que pueden mandar o recibir fotos e incluso su voz grabada a cualquier parte del mundo, muchas personas piensan que simplemente es magia", asegura Raju, un colaborador de la empresa en la región de Orissa.

Y añade: "Cuando se dice que 'Internet es para todos', uno debe pensar sobre todo en el significado de la última palabra de la frase".

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